El Transgeneracional

Bajo los principios de la honestidad moral y científica, es para mí de grandísima importancia restablecer la verdadera historia del transgeneracional.

Sus orígenes se ubican un poco antes de la publicación del libro ”Ay mis ancestros” de Anne Ancelin Schützenberger, obra convencionalmente reconocida como el origen del transgeneracional, pero debo decir que el verdadero descubrimiento lo hicieron los psicoanalistas parisinos de origen húngaro Nicolas Abraham y Maria Torok. Abraham y Torok, en su trabajo con niños y adolescentes psicóticos, tuvieron un “Rayo de Genio” al decidir el registro sistemático de todos los delirios de sus pacientes, para luego establecer comunicación con su familia; fue así como llegaron a concluir que: algunas veces, en el inconsciente del niño hay recuerdos reales de hechos o persona que pertenecen a miembros de su clan, es decir, dentro del delirio total existen estos hechos de la familia.

A partir de su descubrimiento elaboraron la teoría de la Cripta y el Fantasma, en la que, la cripta es el lugar del inconsciente en el que se coloca un “fantasma” que representa un drama con su energía no gestionada por diferentes razones.

Cada drama tiene una cripta y un fantasma. Este es el valiosísimo aporte de la generalidad del Fantasma (energía del drama) de Abraham y Torok, el cual no tiene nada que ver con el Yaciente. El Yaciente es la particularidad de las “muertes”. Nuestro desafío como terapeutas, es buscar en el inconsciente colectivo: dónde está la cripta, cuándo, cómo, por qué, con quién y cuáles son sus características. Ver y sentir la fuerza de nuestro inconsciente para trabajar con él y hacerlo un amigo y no un enemigo.

Por eso siempre desde la Psicosomática hablamos de un sistema psíquico de protección y no de defensa.